Oymyakon, un pequeño pueblo en Siberia, Rusia y es considerado el lugar habitado más frío del mundo.
En invierno, las temperaturas pueden descender hasta -67,7 °C (-89,9 °F), registradas en el 2020.
Ubicado en una región remota, es hogar de unas 500 personas, quienes enfrentan condiciones extremas con su estilo de vida adaptado al clima.
Los días de invierno son muy cortos, y el suelo permanece congelado casi todo el año (permafrost).
A pesar de las adversidades, Oymyakon atrae a turistas interesados en experimentar su clima
extremo.
Un dato curioso sobre Oymyakon es que, a pesar del frío extremo, sus habitantes no tienen acceso a sistemas modernos de plomería porque el suelo está congelado todo el año.
En su lugar, utilizan letrinas exteriores incluso en las temperaturas más bajas, lo que demuestra su increíble resistencia al clima.



