Por Horacio Nájera
Dependiendo del cristal con que se mire, el peliculesco empate de Tigres que le permitió seguir con vida en la liguilla del futbol mexicano puede ser visto como un milagro o como una maldición.
La historia reciente de los universitarios tiene una nueva página milagrosa, estoica y delirante. A segundos de ser eliminados en una temporada muy complicada en la que perdieron a su capitán, cambiaron de entrenador cuando iban terceros en la tabla y sin una de sus leyendas en plenitud de facultades por una terca lesión, el autogol de Ricardo Mayorga desquició al volcán y sumó un episodio más en esa serie dramática llamada Tigres.
La hazaña de empatar para reponerse al fracaso recordó el cabezazo de gol agónico -otra vez- de Nahuel Guzmán a 20 segundos de concluir el partido de vuelta en octavos de final de la CONCACAF en 2020 contra el Alianza de El Salvador, en el que los felinos se repusieron a una brava reacción centroamericana que los tenía contra las cuerdas.
También heroico fue el cabezazo de Guido Pizarro en el minuto 109 del tiempo extra que dejó a las Chivas del Guadalajara con las ganas, en su casa y con su gente, de festejar un título que para los regiomontanos supo además a revancha.
“Perfil Tigre” le llaman.
Cambiando de vaso, el empate de los universitarios ante el Necaxa puede verse también como una fortuna del futbol que colabora en el maquillaje de un equipo y una directiva que no terminan de cuajar el relevo generacional y que con la apuesta de Pizarro como técnico se antoja más al largo plazo que a la consolidación de Tigres como un equipo protagonista.
Desde que Pizarro transicionó del campo al banquillo técnico, el equipo ha sido irregular especialmente en la visita. Con una buena oportunidad de regresar a la final de la CONCACAF, los felinos se cayeron ante Cruz Azul y dejaron en el cierre de la liga la posibilidad de quedar mejor posicionados en la tabla.Los relevos que han llegado nada más no despegan, y algunos de los que ya estaban se han ido apagando de a poco. Aunado a eso, las decisiones técnicas tanto de Pauno como de Pizarro han marginado a unos y otros que se supone se unieron a los felinos para apuntalar el proyecto que busca la grandeza. Las leyendas cada vez corren menos y las contrataciones son opacas.
Se viene la semifinal contra el Toluca. La última vez que se vieron en playoffs, un cabezazo de Sebastián Córdova los dejó fuera en otro partido de hazaña. Si la fe es lo último que muere, seguro que habrá espacio para algunos milagros más, cuatro para ser preciso.
Y si no llegan, entonces a esperar por el milagro de la verdadera renovación.