Por Horacio Nájera
A un año de su salida de Tigres, Miguel de Jesús Fuentes reapareció en la escena pública para hablar del montaje que la directiva de los felinos ejecutó para despedir al equipo técnico encabezado por Robert Dante Siboldi.
En una entrevista en el podcast del periodista tapatío Héctor Huerta, Fuentes reveló que durante el proceso de despido que vivió en Tigres recibió incluso amenazas de muerte como parte del entorno tóxico que acompaña al club universitario.
El hoy entrenador del Atlante en Liga de Expansión detalló además las presiones de la directiva de los Tigres tanto hacia él como hacia Robert Dante Siboldi en las reuniones donde se les pretendía obligar a firmar documentos bajo amenaza de cárcel si se negaban, además de la insistencia que más personas fueran involucradas en la supuesta venta de información a los Rayados durante la liguilla.
Un año después, sigo sin decidir que es más vergonzoso: si la falta de transparencia de las directivas de Sinergia Deportiva y Cemex, que siguen sin explicar las acusaciones contra Siboldi y su equipo; si es el silencio de los periodistas y analistas deportivos locales, que habitualmente investigan y saben vida y milagros de futbolistas y directivos, pero que en este han colaborado en el barrido debajo del tapete, o de la Liga Mexicana de Futbol, que como buen pilatos se ha lavado las manos y ha fingido demencia para colaborar al olvido.
Un año después, sigue siendo miserable, deshonesto y cobarde lo que una empresa privada de clase mundial y la directiva de uno de los mejores equipos del futbol mexicano hicieron, hasta ahora sin desmentir, para desplazar al cuerpo técnico que les dio tres trofeos.